La única discapacidad en la vida
Alrededor del mundo existen millones de personas que se quejan de su día a día; muchos quisieran tener un mejor trabajo, un mejor carro o sencillamente prefieren dejar que las cosas sucedan como de casualidad. Sin embargo, también hay un gran número que quisiera estar en sus lugares por el simple hecho de tener la oportunidad de desempeñar una vida “normal” (con esto no me refiero a un término discriminante), en donde el hecho de padecer de una condición especial no sea determinante a la hora de desempeñarse dentro de cualquier ámbito.
Si algo es cierto en esta vida es que Dios no pone barreras a quienes no las pueden superar. Aunque muchas veces esas barreras parezcan ser mucho más resistentes que los competidores eso no nos quita la medalla de guerreros. Vivimos en un mundo que nos impone ser cada día más fuertes y en donde no hay lugar para rendirse, por ende tener una vida libre de caminos difíciles no existe en este mundo lleno de personas capaces de atravesarlos.
Creo que los motivos para seguir adelante con una discapacidad son infinitos y es que podemos estar en una situación que nos ponga difícil el caminar, el ver o el oír, pero SIEMPRE seremos como ese modelo a seguir para muchos en cuanto a las ganas de echarle a la vida y hacer que la palabra “discapacidad” deje de diferenciarnos con respecto a otros que parecen estar mejores que nosotros, porque mientras uno se enfrascan en problemas pequeños, nosotros ya hemos recorrido un largo camino de grandes batallas superadas.
Tengo plena fe en que podemos crear un mundo libre de diferencias y barreras. Un mundo en donde dejemos de ser “personas con discapacidad” y solo seamos “personas”.
Daniella Andrea Martìnez Medina
Estudiante de 9no semestre Comunicaciòn Social (UCAB)
Caracas, Venezuela