sábado, 21 de noviembre de 2015

Que las diferencias sean las que nos unan...

Que las diferencias sean las que nos unan y no las que nos separen


¿Qué sería del mundo sin las diferencias, sin nada que nos distinga y nos defina como seres humanos individuales? El mundo sería bastante aburrido si todos fuéramos iguales, si todos tuviéramos las mismas capacidades y talentos y no existieran las diferencias que nos hacen ser quienes somos.
Las diferencias son las que nos hacen seres humanos únicos e irrepetibles; pues no existe nadie igual a nosotros, que tenga nuestras mismas características, atributos y ni siquiera los mismos defectos. Soy fiel creyente de las diferencias y las ventajas que éstas nos traen, pues gracias a ellas somos capaces de actuar y pensar distinto a cualquier otro y así poder generar matrices de opinión y maneras de reaccionar frente a los hechos.



No debemos sentirnos mal cuando alguien nos dice que somos diferentes. Al contrario, el hecho de ser diferentes debe ser algo por lo cual sentirnos orgullosos y hacer de esas diferencias nuestras fortalezas. Hacer de nuestros “defectos” o puntos débiles, por decirlo de alguna manera, un arma para hacernos más fuertes y actuar de la mejor manera posible ante las circunstancias es la mejor manera de demostrar al mundo que ser diferentes no tiene nada de malo.
Pobre de aquél que piensa que al imitar a los demás será mejor aceptado socialmente, quizás logre encajar en un grupo de personas iguales, pero nunca podrá destacar y llegar más allá de las líneas de pensamiento que tienen todos sus similares.

Al fin y al cabo es mejor ser diferente y destacar que ser igual y pasar como desapercibido.

Daniella Martínez 
Estudiante de Comunicación Social UCAB 

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