jueves, 10 de septiembre de 2015

GUÍA DE ESTILO SOBRE DISCAPACIDAD PARA PROFESIONALES DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN

GUÍA DE ESTILO SOBRE DISCAPACIDAD PARA PROFESIONALES DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN

 Enlace al manual: http://sid.usal.es/idocs/F8/FDO18497/medios_comunicacion.pdf
Autor: José Luis Fernández Iglesias

Todo comunicador social tiene la importante labor de informar a un público, pero la parte más importante es saber cómo hacerlo y por eso, en este caso, tener la sensibilidad y el tacto para saber dirigirse a una audiencia que presenta necesidades especiales representa un papel fundamental en su función de comunicar.

“La sociedad humana no está́ formada por un núcleo duro de normalidad al que le salen abscesos laterales, imperfectos e indeseados. La sociedad humana es un entramado complejo compuesto de hombres, mujeres, jóvenes, viejos, sanos, enfermos, de distintas razas, orientaciones sexuales, particularidades físicas, etc. Ese heterogéneo paisaje es la normalidad. Todos, igualmente, seres humanos. Y todos igualmente dotados de derechos, aunque las necesidades de todos no sean idénticas.”

Las 10 recomendaciones que se recogen en estas pautas de estilo son las siguientes:
1. Mostremos el lado positivo de la discapacidad.
2. Atención a las soluciones.
3. Permitamos que las personas con discapacidad hablen por sí mismas.
4. Digamos “personas con discapacidad”. NO discapacitado/a.
5. Evitemos la imagen de gueto.
6. Cuidado con los mitos.
7. Sin cargar las tintas.
8. Veamos todas las facetas.
9. Información normalizadora.
10. Información accesible y accesibilidad a la información.

También se debe cuidar el lenguaje y vocabulario que se utiliza para dirigirse a las personas con algún tipo de impedimento. Si bien es cierto que en los titulares se utilizan palabras que llamen la atención, éstas no deben hacer referencia a adjetivos que puedan ser tomados a mal. De igual manera debe ser el tratamiento en el resto de la noticia.

Errores más comunes
* Se utilizan etiquetas genéricas para los grupos de personas con discapacidad, como «los sordos». Lo razonable es poner el énfasis en las personas, no en la discapacidad. Se debería decir «personas con discapacidad auditiva».
* Sustantivamos adjetivos como «discapacitado», cuando deberíamos utilizar otros términos menos absolutos poniendo la palabra “persona” delante. Se debe decir «persona con discapacidad» o «persona con Alzheimer».
* Fuera y dentro del propio colectivo, se usa la palabra ‘normal’ cuando se compara a la persona con discapacidad con otra que no la posee, sin tener en cuenta que ninguna persona es “anormal” o no normal.
* Utilizar términos como “sufrir”, “víctima de” en lugar de emplear un lenguaje más formal, pues no todas las personas con discapacidad sufren o son víctima de algo, sino que se trata de una condición.
* Incluso términos que favorecen la normalización, como “discriminación positiva”, resulta un término negativo (discriminación). Se debería decir “acción positiva o acciones positivas”.


Al utilizar un lenguaje adecuado y no discriminatorio es un buen aporte a la inclusión, pues muchas veces no se tiene en cuenta el poder que tienen las palabras sobre las personas y aunque algunas veces resulta ser positivo, otras veces no funciona de la misma manera. No se trata de crear un ambiente de exclusión poniendo aparte a las personas con discapacidad, sino de integrarlas más al mundo, demostrándolas como seres capaces y con los mismos derechos y deberes.



Fuente:
http://www.clasesdeperiodismo.com/2013/08/04/revisa-esta-guia-para-tratar-temas-sobre-personas-con-discapacidad/

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